Nació en México D.F. en el año 1902.
Fotógrafo autodidacta cuyos trabajos destacan por la belleza y la sencillez característica de la fotografía en blanco y negro, al tiempo que transportan al espectador al mundo de lo simbólico.
Una manera de ver y mirar únicas.
La hija de los Danzantes 1933
El ojo único de Álvarez Bravo era tal que el fundador del surrealismo, André Breton quedó fascinado de su obra y fue quien descubrió en su trabajo un surrealismo innato. Bretón lo llamó“poeta de la lente”, apelativo con el después numerosos críticos se referían a su obra y dijo de él: “mediante recursos tales como la yuxtaposición, el aislamiento de detalles y el ordenamiento con rigor geométrico Manuel sabe expresar la esencia de México, pero la mirada humanista que refleja su obra, las referencias estéticas, literarias y musicales que contiene, lo confieren también una dimensión universal”.
Álvarez Bravo
Se convirtió casi de manera natural en un fotógrafo de imágenes anti estereotipadas, nadando a contracorriente de los clichés establecidos, utilizando la ironía visual para contradecir lo que aparentemente decía al principio, y para interesar así e invitar A VER a quien le MIRA sus fotos con la intención de interpretarle
Siempre se habla de lo político de Álvarez Bravo con relación a su fotografía más famosa, Obrero en huelga asesinado 1934. Su significado está determinado por el título adscrito a ella, el cual podría haber sido influido por el compromiso de Álvarez Bravo con la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) durante los años treinta.
Su ironía insistentemente ambigua, y su rescate de la gente común y su subsistencia cotidiana ha marcado Álvarez Bravo un camino de altas exigencias para los fotógrafos de América Latina y a nivel mundial.
Manejaba de forma simultánea lo familiar y lo inesperado, generando una ambigüedad que invita al espectador a ver con nuevos ojos las cosas cotidianas y a que construya sus propios significados.
Sus imágenes en apariencia parecen simples, pero es solo en apariencia, porque suelen tener un sentido compositivo magnífico y una fina ironía, en definitiva, una manera de VER y de MIRAR únicas
Manuel nos enseñó a todos a ver la fotografía de otra manera, encontró la belleza en objetos tan comunes como un colchón o un plumero. La de Manuel Alvarez Bravo es una visión de ayer, hoy y siempre.
El misterio de su mirada es poder individualizar lo que parece irrepetible, incluso folclórico, y convertirlo en un espacio simbólico.